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RAJOY, RUBALCABA Y LOS 20 ERRORES QUE NO DEBERÍAS COMETER EN UN DEBATE TELEVISIVO

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                   Noviembre 8, 2011

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Daniel Eskibel danieleskibel@gmail.com

Anoche vi el debate televisivo entre los candidatos presidenciales españoles Mariano Rajoy (Partido Popular) y Alfredo Pérez Rubalcaba (Partido Socialista). Te propongo repasar algunos de los errores más notorios que cometieron para que los tengas en cuenta a la hora de debatir con alguien o de ayudar a un candidato a prepararse para un evento así.

¿Por qué pasar revista a los errores?
Porque se aprende más de ellos que de los aciertos.

¿Voy a hacer un listado exhaustivo?
No. Solo unos cuantos pero que sean lo suficientemente ilustrativos.

¿Diré cual fue el candidato que cometíó tal o cual error?
Tampoco. Eso va por cuenta del lector que haya visto el debate.

¿Entonces Rajoy y Rubalcaba no tuvieron acierto alguno?
Sí los tuvieron. Muchos. Por algo están donde están. Pero ya lo
dije: se aprende más de los errores.

Atención entonces. Aquí están los errores:

1. Colocar siempre un brazo cruzado por delante del pecho, como si se sostuviera un escudo o se pusiera una barrera. El gesto revela a una persona a la defensiva y muy preocupada por los embates que presuntamente recibirá.

2. Comenzar muchas intervenciones repitiendo "eh...eh...eh", como si las palabras del otro lo hubieran desacomodado y no atinara a dar una respuesta clara. El público percibe que hay un tiro que dio en el blanco.

3. Descuidar detalles de la apariencia, como por ejemplo la corbata groseramente torcida o la camisa que parece o demasiado holgada o algo arrugada.

4. Mirar de reojo hacia la nada. No hacia el presentador ni hacia el otro candidato ni hacia la cámara misma...sino hacia ese improbable lugar donde supuestamente no hay nadie.

5. Sonreir irónicamente mientras se mira al otro y se levanta apenas uno de los costados de la boca en gesto de desprecio. La ironía es un placer para los ya convencidos pero no mueve un pelo a los indecisos.

6. Buscar con la vista, de un modo sistemático, los papeles que tiene sobre la mesa. El televidente puede concluir que el candidato no tiene las ideas tan claras y definidas.

7. Mirar al oponente y bajar rápidamente la vista en un gesto que la gente puede interpretar como de vergüenza o temor.

8. Decir que de tal tema no se quiere seguir hablando y cruzarse de brazos, señalando así con el gesto y la palabra que el otro está pegando en una zona sensible.

9. Adoptar una postura corporal encorvada, inclinando el torso hacia adelante y la cabeza hacia abajo, casi como en un ritual de sumisión hacia el otro que es reconocido gestualmente como ganador.

10. Reaccionar tibiamente cuando el otro lo acusa de mentir. La debilidad en la mirada y en la actitud corporal, en el tono y en el volumen de la voz, opacan cualquier respuesta por sólida que sea. Y más en tiempos de crisis, cuando la gente busca gobernantes firmes y tiende a huir de quienes aparentan mayor fragilidad.

11. Ubicar permanentemente al rival en el rol de futuro gobernante. Aunque sea para atacarlo, pero lo que queda en el cerebro del votante es esa imagen del otro como Presidente.

12. Afirmar que el otro está dando una clase sobre el tema que más importa al electorado. Aunque se pretenda disminuir el efecto con algún adjetivo o alguna afirmación posterior, de todos modos el efecto ya está logrado y es a favor del rival.

13. Si se es candidato del partido de gobierno, no insistir con una idea fuerza central que sea poderosa, que sea casi un eslogan y que ponga en valor a ese gobierno más allá de las crisis y los errores.

14. No apelar a las emociones que ligan a la gente (aún la descontenta) con el partido que ha sido mayoritario cada vez que ha impulsado a sus simpatizantes a votar con todas las fuerzas. Sin emociones, sin historia jerarquizada, sin valores compartidos, sin leyendas y mitos partidarios...pues todo se reduce a evaluar a un
gobierno en medio de una crisis. Casi nada.

15. Olvidar la gestión propia que tenga el candidato en alguna de las áreas de gobierno, dejarla de lado, no convertirla en uno de sus ejes discursivos y en una de sus características diferenciales.

16. Colaborar con un final de debate bucólico, tranquilo e igualador... cuando se viene perdiendo la elección y es obligación intentar torcer el rumbo de los acontecimientos.

17. No transmitir con las palabras algunas imágenes visuales poderosas que pueden quedar ancladas en el cerebro del electorado.

18. No dirigirse nunca al público para buscar complicidad en la deconstrucción del discurso del otro, sino limitarse al toma y daca con el rival.

19. Atacar al rival con formulaciones bastante racionales, conceptuales y políticas... y no pintar con colores crudos y dramáticos los efectos concretos que las políticas atacadas tendrían sobre la vida real de las personas de carne y hueso.

20. No ser contundente. Cuando la situación política es crítica para el candidato, el partido o el gobierno... pues ya no sirve intentar ganar por puntos. Hay que ganar por nocaut.

Repasa los errores. Vuelve a leerlos. Aprende de ellos.
Y espera.
Tarde o temprano llegará tu momento.
Y los errores de Rajoy y Rubalcaba te ayudarán a evitar muchos de tus propios errores.
Ya sabes: aprende y espera.

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Daniel Eskibel

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